martes, febrero 06, 2007

Khaolandia

Del Parque Nacional Khao Sok nos enteramos por un comentario al pasar de una sueca en un minibus. Khao Sok Rainforest es considerado un ecosistema de más de 160 millones de años, inclusive más antiguo que la selva del Amazonas y la de Africa Central. La vegetación es densa y casi no deja que la luz toque el suelo. Hay enredaderas que envuelven árboles por completo y lianas larguísimas que descienden a besar la tierra cubierta de hojas silenciosas que aún caídas conservan su humedad. Las cañas de bambú son de dimensiones extraordinarias: verdes, doradas y acebradas, combinando negro y verde o beidge y verde. Lo que más nos impactó fueron unos árboles gigantes que extienden sus raíces como tentáculos por encima de la superficie. Debido a su altura, la base del tronco se despliega como aletas, diseñando paredes en forma de trípode.
El primer día, caminamos por senderos intrincados atravesando la humedad palpable que flota en el aire y recorriendo saltos de agua por medio de la jungla. Caminamos 12 km parando a comer fruta y a bañarnos en los arroyos, hasta que llegamos a Tang Nam donde el río se estrecha entre dos paredes rocosas que se elevan colosales hacia el cielo. Al nadar por esa grieta entre la profundidad del río y la grandiosidad de la naturaleza nos reconocimos ínfimos.
Al otro día, elegimos un recorrido diferente que para nuestra sorpresa vestía un follaje aún más compacto y ensimismado. Atravesamos el río unas 6 veces hasta llegar a la catarata más importante del Parque. Al quedarnos en malla, descubrimos que teníamos unas babosas hinchadas succionando nuestras piernas: ¡SANGUIJUELAS! Y menos mal que no estábamos en la época lluviosa porque te atacan de a cientos. Es tanta la humedad de este lugar que estos bichos asquerosos ¡pueden sobrevivir ¡hasta fuera del agua!
Nos hospedamos en unas cabañas de madera elevadas sobre pilotes con un lindo deck al frente, ideal para observar el ecosistema que nos rodeaba. Tenían un baño muy particular, todo en piedra pero sin techo, permitiéndonos apreciar palmeras y plátanos desde el trono. El dueño de las cabañas era Tawee, un tailandés "khaosokita" de orejas prominentes y tez morena que hablaba inglés a lo Tai, entrecortando las palabras y repitiendo cada dos frases: “enjoy, enjoy!!”
A la mañana nos despertábamos con la selva que, misteriosa, bajo un manto de neblina lechosa, escondía la montaña. Con los ojos nublados, como los personajes del cuento "El Amor es Ciego" de Boris Vian, se agudizaban nuestros otros sentidos volviendo más vibrante el cantar de los pájaros, el sonar de las chicharras, los aullidos de los monos, el olor húmedo de la jungla... Y la vida se redujo a ese instante de tiempo suspendido y naturaleza expectante.
Desde el Parque encantado cruzamos la mitad de Tailandia para llegar a Bangkok con el objetivo de tramitar algunas visas y seguir viaje hacia los otros países del sudeste. Nos quedamos algunos días conociendo una ciudad inabarcable con miles de shopping centers, calles exclusivas para el extranjero y con europeos aprovechando desenfrenadamente la oferta de turismo sexual. De todos modos, pasando la frontera de lo obvio uno descubre barrios que todavía conservan su identidad, templos budistas por doquier y el sabor inconfundible de la comida tailandesa en cada esquina. Agotados después de 3 días intensos de ciudad, pero con nuestros pasaportes visados para Vietnam, salimos hacia Camboya.

Curiosidades:

1) Cuando pedís un "café con leche" te traen un café negro fuerte y separado, o a veces en el fondo de la taza, un chorro de leche condensada. Mmm!

2) Es común que los travestis en Tailandia trabajen en cualquier puesto, desde cargando bolsas en el puerto hasta atendiendo un negocio. No hay tanto prejuicio.

3) Las heridas te quedan sangrando un tiempo largo después de arrancarte a las sanguijuelas. Cuando nos dimos un baño, volvieron a sangrar y ¡parecíamos estigmados!

4 Comments:

At 07 febrero, 2007 01:31, Anonymous Anónimo said...

Chicos:
Cada publicación es un motivo de sorpresa y la disfruto enormemente. La expedición a Khao es atrapante igual que las anteriores. Uno percibe que es un lugar de ensueño que, si bien es visitado por turistas, mantiene el encanto natural de un parque que todavía no alcanzó la explotación de los grandes centros de atracción. Me pregunto hasta donde es como pienso. Hay muchas cabañas del estilo del lugar donde ustedes pararon. Y hoteles a todo lujo? Muy gracioso lo de las sanguijuelas; el relato le quita dramatismo, pero me imagino que no les debe haber hecho mucha gracia. Bueno espero noticias de Camboya y, por supuesto las fotos de ambas.
Los quiero mucho
Papi.

 
At 07 febrero, 2007 06:40, Anonymous Anónimo said...

JUAN PABLO

ESTOY IMPRESIONADO POR ESTE TRABAJO. ES MAS LO QUE VI QUE LO QUE LEI (POR AHORA).NUNCA IMAGINE QUE SE PODRIA ABRIR UNA PAGINA PROPIA DE ESTE TIPO, PARA ENRIQUECERLA COMO UDS. LO HICIERON.
EN REALIDAD TODO LO DE UDS.ES FUERA DE SERIE. ESTO LO ES COMO LO FUERON LOS VIAJES ANTERIORES.
ES FANTASTICO DISFRUTAR ASI LA VIDA. FELICITACIONES Y ADELANTE!
TU VIEJO ESTA TANTO O MAS IMPRESIONADO QUE YO. Y ORGULLOSO.
ALDO

 
At 07 febrero, 2007 06:58, Blogger agusyjuan said...

No hay muchos turistas y por ahora no hay hoteles de lujo. Hay 2 o 3 lugares con cabañas que rondan los 5 U$s (para 2). Lo de las sanguijuelas fue terrible, la cara de Agus no te la podés imaginar!!! La vuelta la hicimos a paso redoblado. Mandale un saludo a Aldo y gracias por todos los comentarios.
Juan Pablo

 
At 09 febrero, 2007 16:04, Anonymous Anónimo said...

Ay las sanguijuelas!!! Nos hizo acordar a la pelicula Conta Conmigo...se acuerdan?
Mariana y yo no nos perdemos ningun capitulo de esta novela...nos encantan sus descripciones de lugares naturales. La verdad, nosotras vimos cosas hermosas aca en NZ, pero jamas las podriamos poner en palabras tan lindas como lo hacen uds. Es un placer seguir su diario de viaje!
Los queremos mucho,
Mariana y Maria Nectar

 

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